El mundo estaba quieto:
las palabras nombraban
lo que se suponía
fijo en su recorrido
por veredas afines
a eso: lo familiar.
Pero ahora traés
un orden novedoso
y hasta otra lengua, y nunca
querré ya reducir
al ayer este dulce
presente, ¡oh resplandor
--¡Potranca Tracia!-- joven!
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