Apago la velita
de leer y me siento
a reflejarnos con
un lápiz y un papel.
Horas iluminadas
por saber que (¡increíble!)
estás conmigo, sí;
que andamos renacidos.
Tenemos dieciocho
de nuevo y un futuro
que quiere ser cuidado.
Qué alegría: sos única.