El pueblo es la tercera
persona de que hablamos
con dolor y con rabia
sin haberla jamás
tratado. Es la figura
del reclamo y lo oscuro
y lo entrañable. El pueblo
habla por nuestras bocas
ventrílocuas. Se esgrime
como la otra: el nosotros.
Pampita está cansada de sonreír. Le duelen bastante las mandíbulas cada vuelta que posa ante las negras cámaras. Se acuerda de sus años d...