a Andrea Guiu
Años noventa: turbios
años de contusión,
amigos como muelles
provisorios que luego
partieron ellos mismos
--¡más allá, más allá!--,
y sólo la escritura
era madero en plena
tormenta. Años odiosos
y un naufragio sin ángel.
Ése fue mi pasado.
Ahora la poesía
es isla y horizonte,
y nítida memoria,
y alegría, y cabaña.
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