En la otra habitación
escribís. Escribís
en silencio, sentada
entre libros estólidos
que hace rato desdeño.
¿Qué será lo que, muda,
sí, mas de los suspiros
que tus labios no fingen,
trazás en esas hojas
que te pasé? La espera
en la que estoy aduce
un rostro al que volvés
canción. (¡Ay, tantas voces
guardan la soledad
de una viuda: tu madre!)
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